Parece ser que esto de la crisis, de la que tanto se habla, es una realidad también para el Ayuntamiento. De hecho, las maltrechas calles de Cartaojal estaban siendo hoy reparadas por una cuadrilla de operarios que se afanaban en remendar con pala y rastrillo los socavones de éstas. La ennegrecida amalgama de chinos y alquitrán, con la que se trataba de sanar el paso de los años, no pasaba desapercibida para los vecinos. Mal lavado de cara para unas calles, demasiado olvidadas, que necesitan un mejor arreglo.
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